Pastores mongoles buscaron remedio a través del diálogo con una empresa minera
A pesar de un enorme desequilibrio de poder y de intereses arraigados, los pastores nómadas utilizaron un proceso voluntario de resolución de disputas para ayudar a remediar los impactos de una enorme mina de cobre y oro en Mongolia.
El pastoreo de ganado representa tanto la cultura tradicional en el sur de Gobi de Mongolia como la principal actividad económica. El desarrollo de la mina Oyu Tolgoi de Rio Tinto cambió fundamentalmente su forma de vida tradicional, desplazando a los pastores de pastos críticos, interrumpiendo los patrones de movimiento tradicionales y agotando los valiosos recursos hídricos. En 2012 y 2013, los pastores presentaron quejas ante el Defensor del Pueblo en Asesoría en Cumplimiento (CAO), el mecanismo de rendición de cuentas de la Corporación Financiera Internacional (IFC) y la Agencia Multilateral de Garantía de Seguros (MIGA), que en conjunto respaldaron la mina.
La CAO facilitó un proceso de mediación entre la empresa y los pastores, que eventualmente también incluyó al gobierno local. En mayo de 2017, luego de años de negociaciones y dos estudios de expertos independientes encargados a través del proceso de diálogo para establecer hechos clave, las partes firmaron acuerdos que incluyen más de 60 compromisos separados para abordar los impactos de la mina. La CAO supervisó la implementación del acuerdo antes cerrando el caso.
Como resultado de los acuerdos, se aprobó la compensación de más de 100 nuevos hogares, decenas de niños recibieron becas universitarias y se llevaron a cabo varios programas de infraestructura y medios de subsistencia. Sin embargo, implementación de varios de los compromisos más importantes, que aumentarían el acceso al agua y los pastos y conectarían mejor a los pastores con los mercados, ha sido un desafío. La sostenibilidad y el impacto final de los acuerdos siguen sin estar claros.
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